Reto 2: ¿Qué elementos caracterizan el trabajo en alianza? El proyecto Minirredes
El Proyecto Minirredes es una
iniciativa pública “piloto” para dotar de electrificación a las comunidades de difícil acceso de la Amazonia
brasileña a través de minirredes fotovoltaicas y de un sistema de gestión
flexible ante problemas que aparezcan. Son 3314 comunidades sin ese acceso vital
para el desarrollo social y económico. Para reducir los costes se desarrollaron
tarjetas prepago, y sistemas remotos de gestión de las minirredes. Este proyecto se relata en “Los círculos
virtuosos de la cooperación española: una propuesta para poner la innovación al
servicio del desarrollo” (itdUPM/ ISGlobal, mayo
de 2017).
Lidera la alianza la empresa pública Eletrobras Amazonas Energía, músculo económico y encargada de la distribución local de energía; colabora como empresa privada el consorcio internacional Guascor/Kyocera, que desarrolló la tecnología adecuada para estas comunidades; la ONG Vaga Lume dialoga con las comunidades a abastecer. Se incorpora a la sociedad local mediante la participación de los microemprendedores, para la venta y distribución de las tarjetas y otros servicios como la reparación.
Las ODS que están presentes son la ODS 7 garantizar el acceso a una energía asequible y no contaminante y la ODS 17 revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible. Analicémoslos. Cumple claramente las metas de la ODS 7. Éstas, establecidas para cumplirse de aquí a 2030, son, resumiéndolas, garantizar el acceso universal a energía asequible, incrementando su origen renovable, gracias a la cooperación internacional, que aporta la tecnología necesaria. También se favorecerá la inversión en infraestructuras limpias así como su ampliación para prestar servicios energéticos modernos y sostenibles en países en desarrollo. Claramente, el “Proyecto Minirredes” cumple estos hitos.
El ODS
17 establece entre diversas metas que se fortalezca la movilización de
recursos internos, promover el desarrollo de tecnologías ecológicamente
racionales y su transferencia, divulgación y difusión a los países en
desarrollo y fomentar y promover la constitución de alianzas eficaces en las
esferas pública, público-privada y de la sociedad civil. A la vista está que
este proyecto en la Amazonía cumple sobradamente con ambos ODS.
¿Cuáles son los principios de actuación “críticos” para su sostenibilidad en el tiempo? Uno, fundamental, es la conexión y la participación de la ciudadanía a través de los microemprendedores. Ellos tejen la red social y técnica para alcanzar al máximo de comunidades y darles la independencia para solucionar sus problemas. El papel de la ONG también es importante, como facilitadora, ya que hace llegar a estas comunidades el conocimiento de mejorar sus vidas de manera participativa.
¿Qué aprendemos de este caso y que sería útil en la Administración para mejorar su contribución a los ODS? La combinación de actores tan distintos y que no se solapan, sino que funcionan como eslabones de una cadena: uno paga y gestiona, otro diseña y aporta tecnología, otro contacta con el receptor, que a su vez también participa activamente. En cuanto a la administración, uno de sus “malos” hábitos es el concepto de “tutela” del administrado, como si éste no fuese capaz, por sí solo, de promover soluciones. Aunque se aplica cada vez más la participación pública, es preciso asumir desde la Administración que el ciudadano tiene la capacidad para ser un actor válido en cualquier proyecto.
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